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Mercado negro de pruebas rápidas: del ‘doctor COVID’ a los estafadores de droguerías

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Los delincuentes se hicieron pasar como representantes de la supuesta empresa Palaban para contactar a la droguería y comprar las pruebas rápidas. (Foto: Hugo Pérez / GEC)Los delincuentes se hicieron pasar como representantes de la supuesta empresa Palaban para contactar a la droguería y comprar las pruebas rápidas.

Uno de los primeros casos fue el de Zhang Tianxing, un odontólogo chino que se ganó el apelativo de ‘doctor COVID’. Trabajaba en un centro materno infantil del Ministerio de Salud en Villa María del Triunfo. Aprovechó que aplicaba la prueba rápida del coronavirus para robar varios kits.

Presentando un carnet vencido de médico serumista, Tianxing, de 36 años, aplicaba a domicilio el test a quienes que lo contactaban, trabajo por el que cobraba S/30. Fue atrapado el pasado 10 de abril, en Breña, cuando iba a atender un pedido que en realidad era una trampa de la policía. Desde este primero caso no han parado las noticias sobre el ilícito mercado de venta y aplicación de la prueba rápida o serológica del COVID-19.

El ciudadano chino Zhang Tianxing habría aplicado varias decenas de pruebas rápidas a pacientes que se lo solicitaban a domicilio. Este sujeto cayó en abril. (Foto: PNP)El ciudadano chino Zhang Tianxing habría aplicado varias decenas de pruebas rápidas a pacientes que se lo solicitaban a domicilio. Este sujeto cayó en abril. 

Once días después de la detención del ‘Doctor COVID’, la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (DIVIAC) de la PNP descubrió en Comas que dos sujetos iban en un vehículo ofreciendo tomar la prueba rápida. Se les encontró 25 kits usados y otro sellado. El detenido de nacionalidad venezolana decía haber trabajado como auxiliar médico en su país y el otro, que era un médico radiólogo peruano.

Hasta ese momento, cuando se había cumplido poco más de un mes de cuarentena en el Perú, solo podían aplican las pruebas moleculares (PCR) y serológicas (rápidas) los establecimientos pertenecientes al Ministerio de Salud, Essalud y a las Fuerzas Armadas. No había muchas opciones: la única forma de conseguir las pruebas era robando los lotes del Estado.

Sin embargo, desde el 23 de abril, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) autorizó a través de una alerta sanitaria que las clínicas privadas y laboratorios autorizados puedan hacer estas pruebas y cobrar. Esto implicaba, como es lógico, que el Ministerio de Salud dé a los privados permisos excepcionales para la importación de los kits.

Pruebas rápidas incautadas a la última banda intervenido por la policía. Esta estafaba a droguerías haciéndose pasar por una empresa formal encargada de la distribución de productos farmacéuticos (Foto: GEC/Hugo Pérez) Pruebas rápidas incautadas a la última banda intervenido por la policía. Esta estafaba a droguerías haciéndose pasar por una empresa formal encargada de la distribución de productos farmacéuticos (Foto: GEC/Hugo Pérez)

Esta también fue una oportunidad para los que no tienen buenas intenciones. José Sandoval Rufasto fue detenido el 14 de mayo en San Borja. Al interior de su auto, se hallaron 18 pruebas rápidas de COVID-19 y otros productos como medicinas adulteradas. Al principio dijo que se las llevaba a un familiar en el Callao, pero frente a las evidencias no le quedó más salida que confesar que vendía las pruebas poniendo anuncios en internet.

Sandoval Rufasto le compraba los kits a la empresa Mundo Negocios y esta, según la Policía Fiscal, no tenía autorización de la Digemid para comercializar pruebas rápidas. Un detalle que llamó la atención de la policía fue que los test tenían un sello de inventario de la empresa STEO Inversiones SAC. Cuando intervienen el local de esta última en San Borja, los policías encontraron 1.440 pruebas rápidas “sin sustento legal” valorizadas en S/400 mil.

Agentes de la División de Homicidios de la Dirincri detuvieron el pasado 11 de junio a un sujeto llamado Marlon Cristopher Paolo Centeno Huitocollo, de 23 años. Él tenía en su poder más de 250 pruebas cuando fue interceptado por la policía, a la altura de la Av. Arica, en Breña. Según la Policía, los test los iba a vender en S/200. (Fotos: GEC/Andrés Paredes)

Por esos días también fue intervenido José Lesma Tirado, un muchacho de 23 años que intentaba vender a S/6.400 un lote de 80 pruebas rápidas para COVID-19 que le había robado días antes a su tío, un trabajador de una farmacéutica. Agente de la Comisaría de La Victoria lo detuvieron con las dos cajas en la plaza Manco Cápac.

El último golpe fue a una organización que operaba bajo la fachada de la Palaban, una empresa que compró a una droguería más de 3 mil pruebas rápidas. El pago de S/ 180 mil lo hicieron con un cheque sin fondos y falsificado. Fueron capturados cuando la banda se volvió a contactar con la droguería, pero esta vez el dueño ya había alertado a la policía.

Esta banda, que estaría conformada por siete personas, iba a vender las pruebas a S/120 en el mercado negro y ya tenían planificado otros golpes bajo la misma modalidad a otras droguerías de Lima.

Hasta el 15 de mayo la Digemid había aprobado 267 autorizaciones excepcionales de importación de pruebas rápidas COVID-19 a un total de 177 droguerías del país que importaron de China y otros 20 países.

Según un documento de la entidad del 23 de abril, las droguerías están autorizadas para importar estos dispositivos médicos, pero solo pueden comercializar y distribuir los test a establecimientos de salud públicos o privados y a laboratorios autorizados.

La Digemid aclaró que las droguerías son los únicos establecimientos farmacéuticos autorizados para comercializar las pruebas rápidas de COVID-19 y que está prohibida su venta por internet o redes sociales.

(Cortesía del Diario el comercio)