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Cómo dos funcionarios robaron millones al Banco del Vaticano

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El Vaticano encontró que dos ex directivos del Banco Vaticano, Paolo Cipriani y Massimo Tulli, desviaron 47 millones de euros y ahora tendrán que devolver el dinero

Vaticano

Los funcionarios corruptos que robaron millones al Banco del Vaticano. (EFE).

 Hace pocos días, la oficina de prensa de la Santa Sede publicó a través de un escueto comunicado que la Corte Civil del Estado del Vaticano declaraba “culpables de malas prácticas” a dos ex dirigentes del IOR, el llamado Banco Vaticano, y los obligaba a devolver el dinero que le hicieron perder. La nota no ofrecía las identidades, pero los afectados son Paolo Cipriani, ex director del IOR, y su mano derecha, Massimo Tulli.

La sentencia completa se conocerá dentro de un mes, de ahí la ausencia de motivaciones, aunque la prensa italiana ya ha publicado que los inculpados deberán devolver a la entidad 47 millones de euros.

Fuentes vaticanas confirman que entre los hechos que se les imputan está un acuerdo firmado en el 2013 entre el IOR y dos fondos de inversión malteses para la adquisición de un inmueble en Hungría, por el que el Banco Vaticano se comprometió a pagar 41 millones de euros y solo depositó 17, ya que estimó que se trataba de una operación arriesgada. Actualmente, el IOR y las autoridades de Malta se encuentran en un proceso judicial con denuncias de ambas partes.

—Reformas inconclusas—

Desde el Vaticano también señalan que no es esta la única causa por la que se ha investigado a Cipriani y Tulli, sin dar más detalles. En febrero del 2017, la justicia italiana también los condenó a cuatro meses de prisión por operaciones de menor cuantía con JP Morgan, pero en las que no suministraron la información necesaria, incumpliendo las leyes antirreciclaje.

Los dirigentes del IOR dimitieron en julio del 2013, poco después de que Francisco llegara a San Pedro. El Banco Vaticano arrastraba un negro historial de cuentas irregulares y acusaciones de lavado de capitales, por lo que Benedicto XVI ya había intentado su reforma creando la Autoridad de Información Financiera (AIF) –que se encargaba de vigilar estas prácticas– y sometiendo al organismo al control del llamado Moneyval, un proceso llevado a cabo por una autoridad independiente como el Consejo de Europa.

El fracaso en la reforma de las finanzas se ha interpretado como una de las causas de la renuncia de Ratzinger, por lo que a Bergoglio le tocaba continuar con la tarea. Su principal medida fue la creación en el 2014 de la Secretaría de Economía, una especie de superministerio que velaría por las buenas prácticas en las cuentas de la Santa Sede, que desde el principio chocó con otros organismos como el APSA, encargado de gestionar el patrimonio inmobiliario vaticano.

De modo que, dos años más tarde, el propio Francisco emitió un decreto por el que concedía al APSA total autonomía para tutelar sus bienes. La Secretaría de Economía quedó mutilada y desde que hace unos meses su titular, el cardenal australiano George Pell, se viera obligado a abandonar el Vaticano para declarar en su país por acusaciones de pederastia ha terminado de caer en desgracia. Esto ha provocado, según publica el vaticanista Paolo Rodari en el diario italiano “La Repubblica”, que en los últimos meses la curia romana haya retomado el control de las finanzas en detrimento de los técnicos nombrados en los últimos años.

—Más casos—

El nombramiento de miembros del clero ajenos a las intrigas vaticanas y de figuras del sector privado se extendió a todos los organismos financieros de la Santa Sede. Sin embargo, en los últimos meses se renovó el consejo directivo del IOR con la destitución de dos de sus miembros; el director general adjunto, Giulio Mattietti, abandonó su cargo escoltado por las autoridades vaticanas, acusado de “violaciones administrativas”; y fue cesado el ex revisor de las cuentas del Vaticano Libero Milone, quien denunció que querían arrestarlo, mientras desde la Santa Sede lo culpaban de espiar ilegalmente a miembros de la curia.

Antes había estallado el Vatileaks II, por el que se condenó al clérigo español Lucio Ángel Vallejo Balda y a la asesora italiana Francesca Chaouqui por filtrar documentos de la Cosea, otro organismo creado por Francisco para estudiar las cuentas de los ministerios vaticanos. Y además la Santa Sede suspendió temporalmente otro estudio de supervisión encargado a Price Waterhouse Coopers.

Según el proceso Moneyval, el Vaticano ha hecho progresos para cumplir los estándares internacionales. Mientras que el IOR da cuenta del cierre entre el 2013 y el 2016 de cerca de 5.000 cuentas sospechosas de ser irregulares. En cada decisión argumentan que se trata de “un paso hacia la transparencia”, pero fuentes que han seguido el caso aseguran que la “renovación por el momento ha sido un fracaso”.

LOS ESCÁNDALOS EN EL BANCO DEL VATICANO

  • ​1943.- El Instituto para las Obras de Religión (IOR o Banco del Vaticano) fue fundado por Pío XII.
  • 1960.- El Banco del Vaticano forjó relaciones comerciales con Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano en Milán, y se convirtió en su principal accionista.
  • ​1943.- Calvi tenía vínculos con Michele Sindona, un abogado de mafiosos y financista siciliano que había sido encarcelado en EE.UU. e Italia por cargos de fraude. (Ambos eran amigos del arzobispo
  • Paul Marcinkus, presidente del Banco del Vaticano).
  • ​Redes.- Calvi transformó los bancos de la Santa Sede, que otorgaban préstamos para obras de caridad, en conglomerados mundiales.
  • ​Lavado.- Calvi creó empresas fantasmas para solicitar créditos millonarios. Así lavó dinero del tráfico de armas y drogas.
  • 1982.- Banco Ambrosiano, que ya era la firma financiera más importante de Italia, quebró. (Calvi estafó a 109 bancos en el mundo, incluido el Banco de la Nación del Perú).
  • Crimen.- Sindona y Calvi fueron asesinados. Al primero le dieron café con cianuro en la cárcel y al segundo lo colgaron de un puente en Londres.
  • 1983.- El francés Jean Jacques Thierry’s publicó “La verdadera muerte de Juan Pablo I”, en el que se sostiene que fue asesinado por orden de su secretario de Estado. (Según el libro, le inyectaron una jeringa envenenada para evitar que descubriera los negocios turbios del banco).
  • 2009.- Ettore Gotti Tedeschi fue nombrado presidente del banco. Un año después, dos directivos cayeron por lavado y la policía incautó US$30 mlls. (Tedeschi encontró 24 mil cuentas opacas con las que se lavaba dinero).
  • 2012.- Estalla el Caso ‘Vatileaks’ (fuga de documentos), que confirmó las luchas internas en la institución financiera de la Santa Sede.​
  • 2013.- En febrero renuncia Benedicto XVI.

(CORTESIA DE EL COMERCIO)