Después de un año de suspensión, volvió la Fiesta del Sol con una versión distinta, reducida en la cantidad de actores y danzas.
Este tradicional ritual que rememora las raíces incas del Perú, comenzó muy temprano en el Qorikancha o templo de oro. Ahí el inca, personaje encarnado en la figura de David Ancca Cuyo y séquito imperial, saludaron al dios Sol. Eran las 08:30 horas.
A las diez de la mañana la plaza mayor, antiguamente conocida como Auccaypata, se convirtió en sede del segundo acto: la ceremonia en honor a la hoja de coca e invocación a los Apus tutelares por un porvenir mejor.
Aquí también se simula un encuentro del Inca con el alcalde de la ciudad, a la que se denomina el encuentro de los tiempos.
Luego el ritual se trasladó a Saqsayhuamán. Ahí el Inca Pachakuteq recibe el informe de la situación de los cuatro los suyos. Hubo ofrendas. Se sacrifica la llama, y cuyas entrañas le sirven al Kallparikuy, sacerdote imperial, para predecir el futuro. El sacerdote informa al inca que se vienen tiempos mejores.
Pachacuteq al oír la predicción de su sacerdote se dirige al pueblo y a las actuales autoridades. En el acto estuvo presente el presidente de la República, Francisco Sagasti.
El mensaje es también para quien dirigirá las riendas del Perú en los próximos cinco años. Les dice: “Todos juntos saldremos de estos momentos difíciles que vivimos por la pandemia y, con la ayuda de la madre tierra avanzaremos para que al terminar el año vivamos todos sanos. A las autoridades tienen que caminar de la mano con el pueblo, sin mentir ni, rendirse, juntos con una fuerza común”
Cortesía de La Republica
