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EL ADELANTO DE ELECCIONES ES UNA DISCUSIÓN PENDIENTE EN EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA, 4 ESCENARIOS QUE PODRÍAN DEFINIRSE LUEGO DE QUE SE REABRIÓ EL DEBATE EN EL CONGRESO

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La pelota va de un lado al otro. La presidenta Dina Boluarte asegura que no se gana nada con su renuncia y que ha enviado proyectos de adelanto de elecciones al Congreso. En el Parlamento, con sus más de 10 bancadas, aprobaron la propuesta para efectuar comicios en abril de 2024, pero se aferraron a lo que diversos especialistas han definido como «amor al alfalfa» y al puesto que alcanzaron al voto popular. Reconsideraron, volvieron a votar y volvieron a reconsiderar. Terminó la legislatura. Pasaron dos meses, nos vemos en marzo con un poquito más de voluntad política.
En este limbo político, además, hay actores que dicen abiertamente que están a favor de quedarse hasta el 2026 —se agradece la sinceridad— mientras los analistas, basándose en la Constitución, Reglamento del Congreso y otros documentos oficiales, laboran escenarios posibles en medio de esta inestabilidad que ya sabe a costumbre.
¿Qué posibilidades nos da la Constitución, el reglamento del Congreso o el sentido común ante una situación con tanta incertidumbre? Consultamos con especialistas para reunir los siguientes 4 posibles escenarios, dentro del marco legal y constitucional, que podríamos vivir dependiendo de cómo actúen los poderes del Estado. Los describimos a continuación.

  1. La renuncia de Dina Boluarte
    Altamente improbable. Primero porque ella prácticamente lo ha descartado y las propuestas, salvo algunas que se están convocando aún, provoquen su renuncia. En este escenario, si Dina Bobluarte lo hace antes de terminar marzo, se podría convocar a elecciones para este año (en diciembre se cumpliría con el plazo de 270 días de Ley como previa para la convocatoria a elecciones). Al no haber vicepresidentes, el presidente del Congreso asume el cargo y convoca a elecciones de inmediato.
    Sin embargo, el especialista en derecho electoral José Manuel Villalobos postula una interpretación que derriba esta premisa: «hay un candado en la Constitución que señala que el cambio de mando se produce el 28 de julio del año en que se lleva a cabo la elección. Es imposible hacer una elección con dos vueltas antes del 28 de julio de este año para hacer el cambio de mando. Si renuncia la presidenta Dina Boluarte, el que asume la presidencia convoca de inmediato. No puedes hacer tú antes de esa convocatoria una reforma, como por ejemplo, la del plazo de asunción de mando, con lo cual tienes ese candado para hacer la elección en 2023 si es que ella renunciara».
  2. El referéndum
    Uno de los escenarios es la consulta popular. El Congreso puede llevar el adelanto de elecciones a referéndum, para lo cual se necesitan 66 votos en el Pleno. Pero como la convocatoria a referéndum debe realizarse con un mínimo de 60 días de anticipación, por un tema de plazos electorales, en este caso los comicios no alcanzarían a realizarse en el 2023 sino en marzo o abril de 2024.
    Por ejemplo, en el mejor de los casos, si en marzo se alcanzan 66 votos para el referéndum, estos podrían realizarse recién dos meses después, en mayo. Y dependiendo de los resultados, recién se podría convocar a elecciones con, recordemos, 270 días de anticipación. Hechas las sumas y restas, los comicios podrían realizarse recén en marzo o abril de 2024.
  3. La votación en dos legislaturas
    Es la más comentada en los últimos meses: luego de presentar el proyecto de adelanto de elecciones, el Congreso debe debatirlo y aprobarlo con 87 votos como mínimo en dos legislaturas diferentes. De darse el caso, por un tema de plazos electorales, los comicios no alcanzarían a realizarse este año sino en marzo o abril de 2024.
    Curiosamente, ya se había aprobado en la legistatura anterir que las elecciones se adelantes para abril de 2024. Votación finalmente reconsiderada y que volvió todo a cero, a pesar de haber sido respaldada en un inicio por 97 congresistas.
    ¿Inexplicable? Así lo explica el periodista y analista político Iván García Mayer. «Hay una suerte de bloqueo contento o feliz en el escenario parlamentario, sea porque han habido posiciones maximalistas desde la izquierda, a propósito del referéndum por una Asamblea Constituyente; y luego también este cambio a través de una reconsideración sobre la primera votación que se había obtenido con más de 90 votos para que las elecciones sean en abril de 2024 y que terminó naufragando».
  4. La legistatura extraordinaria
    Aunque al cierre de este informe es prácticamente imposible, teniendo en cuenta que estamos a punto de empezar una nueva legislatura.Uno de los escenarios es que la presidenta convoque a una legislatura extraordinaria. La Constitución Política del Perú, en su artículo 118, indica que la presidenta de la República puede solicitarla. La respalda el artículo 50 del reglamento del Congreso, el cual indica que una vez publicada la convocatoria el presidente del Legislativo ordena que se cite a los congresistas de inmediato. A estas alturas, no ha sucedido.
    “La legislatura el 1 de marzo, por lo tanto días antes [la presidenta Dina Boluarte] podría convocar a una legislatura extraordinaria de dos, tres días, con agenda única, en la cual pueda someterse a votación la reconsideración presentada por el congresista Montoya y en el cual se debate un nuevo proyecto de ley de adelanto de elecciones», sostiene el abogado constitucionalista Alejandro Rospigliosi.
    Mientras tanto, los cambios de contrarreforma universitaria en la Sunedu; el nuevo retiro de AFP, los proyectos de acusación constitucional contra los presidentes de los organismos electorales, son prioridad para la mayoría de congresistas.
    Ni el Congreso ni el Ejecutivo parecen estar de acuerdo en un adelanto de elecciones, por más que algunos sectores del legislativo y la propia presidenta se muestren a favor. Los votos dicen más que las palabras.
    Cortesía (RPPNoticias)