Además de combatir el coronavirus, médicos, enfermeras y demás profesionales, también tienen que luchar contra cuadros de ansiedad, depresión, ira y hasta temor
Hasta el momento Perú es el octavo país con más casos de coronavirus a nivel mundial, más de 215 mil infectados y seis mil muertos dan cuenta de una batalla que a veces da la impresión que vamos perdiendo; sin embargo, hay un importante grupo humano que no da marcha atrás, y que continúa bregando contra este monstruo llamado coronavirus.
Se trata del personal de Salud, que hasta la fecha permanece estoico al pie del cañón, pese a que a estas alturas de la pandemia, médicos, enfermeras y demás profesionales ya muestran signos de fuerte agotamiento físico y mental, llegando incluso a presentar cuadros de ansiedad, depresión, ira y hasta temor.
Según la médico siquiatra, Diana Lloclla, del Hospital Regional de Cusco, es muy difícil luchar contra la muerte todos los días. Muestra de este combate que se desarrolla en el interior de los nosocomios a nivel nacional, es que hasta el momento un porcentaje muy alto de los trabajadores de Salud, desarrolla conductas depresivas, recibiendo tratamiento por parte de sus propios colegas y en el mismo hospital donde laboran.
Según un último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 53,8% de los trabajadores de Salud sufre un impacto sicológico de moderado a severo, un 16,5% presenta síntomas depresivos y un 28,8% síntomas ansiosos; estas cifras tienen tendencia a la alza.
El daño psicológico que sufren tanto pacientes como los familiares de pacientes y el personal asistencial que los trata ya no puede ser mirado de reojo. Un comportamiento bajo los efectos del abatimiento y depresión puede concluir en mala praxis en el trabajo, además de resultar atentatorio tanto para los pacientes como para los tratantes, es por ello que en la mayoría de centros hospitalarios se han tomado cartas en el asunto y los sicólogos y siquiatras a cargo no piensan dejar abandonados a los suyos, sobre todo en medio de esta etapa tan dura que les ha tocado pasar.
DÁNDOSE LA MANO ENTRE COMPAÑEROS
En el Hospital Regional de Cusco laboran 1 068 trabajadores, de los cuales el 20% viene recibiendo un acompañamiento sicológico, ayuda profesional en tiempos de pandemia, la misma que es impartida por el Departamento de Salud Mental del nosocomio, cuyo planteamiento busca tamizar a todos los trabajadores del hospital mediante acciones de barrido que se llevan a cabo de manera urgente.
«En estos momentos, además de combatir el coronavirus todos luchamos contra la ansiedad, desesperación, tristeza, frustración y demás factores de riesgo debido a extenuantes horas de trabajo, insumos deficientes, equipos faltantes y otras situaciones que no está en nuestras manos solucionar», señala la especialista.
También menciona que frente a todos estos sentimientos, ellos generan y enseñan a producir mecanismos de defensa para afrontar estas vicisitudes y tener residencia o capacidad para sobreponerse a todas estas dificultades y no llevarlas a cuestas todo el tiempo.
El sicólogo Samuel Condori señal que en el hospital cusqueño se han reportado casos de emergencia sicológica entre sus compañeros, y ellos han tenido que actuar de inmediato con un abordaje personalizado, primero con especialistas sicólogos y luego con siquiatras, incluso los tratamientos pueden derivar al consumo de fármacos prescritos a fin de atravesar etapas de daño bastante pronunciado.
RECONCILIÁNDOSE CON ELLOS MISMOS
Vivir combatiendo enfermedades y salvando vidas es de por sí un trabajo estresante y sicológicamente demandante, pero antes los trabajadores de Salud podían dejar toda esa carga emocional al salir de sus centros de trabajo, cosa que no ocurre ahora, cuando se ven implicados sus familiares y amigos más cercanos, que podrían sufrir algún tipo de afectación debido al trabajo que se realiza dentro de los hospitales. Esa probabilidad de contagio y todo lo que conlleva, es la causa principal de preocupación y angustia entre los trabajadores.
Esta afectación sicológica ha sido considerada como un nuevo factor de riesgo entre los trabajadores, por ello se les monitorea a fin de lograr un menor impacto en su vida profesional y familiar, un trabajador de Salud deprimido sufrirá de ansiedad y no podrá dormir y por ende no podrá descansar y finalmente no será capaz de trabajar, el Departamento de Salud Mental busca revertir este círculo y prevenirlo.
«Cuando las personas pierden algo, en este caso la salud, atraviesan una etapa de duelo, primero viene la cólera, ira, frustración, luego la aceptación y posteriormente la reconciliación este es el proceso que nosotros guiamos y acompañamos para que los trabajadores no queden con secuelas de afectación permanentes», citó.
A medida que los gobiernos y sus direcciones de Salud continúan luchando contra la propagación del COVID-19, a nivel mundial la mayoría de trabajadores que se ubican en la primera línea de defensa prosiguen con sus labores pese a encontrarse en medio de cuadros de conmoción psicológica.
Desde Cusco los encargados de salud mental solicitaron a los conocidos, amigos y familiares de estos trabajadores a mostrar empatía con ellos y ayudarlos a superar este difícil momento en sus carreras, señalando que el apoyo y soporte emocional que los médicos, enfermeras, técnicos y demás, hallan en casa puede ser decisivo para superar este tiempo de inquietud y sobresalto por el bien de ellos y de toda la comunidad.
DATO:
-En el Hospital Regional de Cusco 118 trabajadores resultaron contagiados con coronavirus, ellos reclamaron por un supuesto abandono de la dirección y una tardía entrega de equipos de protección, el caso propició una ola de incomodidad y desazón entre los colaboradores de uno de los principales nosocomios del sur del Perú.
(Cortesía de Diario Correo)